En jornadas que trascendieron la simple ayuda material, se logró congregar y beneficiar a 630 personas, entre adultos mayores y población con discapacidad, de ocho municipios del Valle del Cauca, una cifra que reafirma el propósito inquebrantable de llevar bienestar y alegría a las comunidades más vulnerables.
La misión de servicio se desplegó exitosamente en ocho municipios: Buga, Trujillo, Bugalagrande, Riofrío, Restrepo, Darién, Andalucía y San Pedro. En estos territorios del centro vallecaucano, la Fundación tejió una red de apoyo integral y cercanía humana, demostrando que la voluntad de servicio puede extenderse sin límites para abrazar a quienes más lo necesitan. La colaboración de la comunidad y el equipo de voluntarios fue clave para el éxito.
El evento se convirtió en una verdadera fiesta de inclusión, donde el respeto y el valor individual fueron los ejes centrales. Más que la entrega de asistencias tangibles (enseres y kits de primera necesidad), lo memorable fue el encuentro humano, un espacio seguro y lúdico que honró las historias de vida de cada asistente. Las sonrisas genuinas de nuestros mayores y el entusiasmo visible de las personas con discapacidad fueron el testimonio más hermoso de una tarde de celebración y dignidad.
Al finalizar esta enriquecedora jornada, un sentimiento unánime de reconocimiento y profunda gratitud envolvió el ambiente. Los beneficiarios, conmovidos por el calor humano recibido, expresaron su más sincero agradecimiento a la Dra. María Luisa y a la Fundación, por ser ese faro de esperanza que ilumina sus vidas. Este logro en el centro del Valle subraya el impacto transformador que tiene el amor al prójimo cuando se traduce en acciones concretas y constantes.

















