Entre montañas que guardan historia y ciudades que laten con identidad, Cusco y Arequipa fueron escenario de un gran torneo en valores, un evento social que reunió a niños, docentes y voluntarios en torno a una misma alegría: aprender, compartir y crecer a través del deporte y valores. En total fueron beneficiados 112 niños en Arequipa y 148 en Cusco.
Durante la jornada, los niños participaron en encuentros deportivos llenos de entusiasmo, risas y compañerismo. Cada juego fue mucho más que una competencia, se convirtió en una oportunidad para experimentar la importancia del trabajo en equipo, la alegría de compartir con otros y la satisfacción de avanzar juntos hacia una meta común. En cada pase, en cada palabra de aliento y en cada celebración, los valores se vivieron en acción.
Detrás de cada actividad estuvo el trabajo incansable de la fundación, guiada por la visión y el compromiso permanente de la Dra. María Luisa, cuya labor ha demostrado que formar en valores es sembrar esperanza, disciplina y amor en las nuevas generaciones. Su convicción de que la educación integral transforma vidas se reflejó en cada sonrisa y en cada experiencia compartida.
Al finalizar el evento, la emoción fue evidente. Los niños se retiraron con aprendizajes que van más allá del deporte: el valor de colaborar, de respetar al otro y de trabajar por un propósito común. Así, Cusco y Arequipa no solo vivieron un torneo, sino una jornada que reafirmó que cuando los valores se enseñan desde la vivencia, se convierten en cimientos para un mejor futuro.









