El 01 y 20 de julio de 2014, la Fundación visitó en el barrio Comuneros a don Oliver Cataño, un carpintero de humilde condición, quien vive con sus dos pequeños hijos y con su esposa, que está en embarazo. En la actualidad están viviendo una situación difícil, ya que su trabajo ha disminuido considerablemente. Don Oliver expresa “hay días en los que no hay nada que comer”. Por tal motivo, la Fundación se ha sensibilizado con este caso, y en dos oportunidades ha entregado mercados y tamales, con el ánimo de apoyar este hogar y contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de esta familia.
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