Villavicencio, la capital del Meta, ha sido golpeada una vez más por la ola invernal que desde hace meses afecta gran parte del suroriente del país. Las fuertes lluvias hicieron que el río Ocoa se desbordara, llevando la emergencia hasta los barrios Rubí, Playa Rica y Ciudad Porfía, sector La Playita. Allí, ocho familias vieron cómo el agua entraba a sus casas, derrumbaba paredes y arrasaba con sus enseres, dejando a su paso pérdidas materiales y mucha incertidumbre.
En medio de esta difícil realidad aparecen historias que reflejan la vulnerabilidad, pero también la fortaleza de quienes lo han perdido casi todo. Entre los afectados está un adulto mayor de 64 años, quien vive solo y subsiste gracias a la elaboración de amarres artesanales para la construcción; también una mujer de 61 años dedicada a su hogar, un hombre de 69 años que se dedica al reciclaje y una madre que vive con su hijo mientras enfrenta una parálisis que limita su movilidad. Incluso familias con niños pequeños tuvieron que soportar cómo, en cuestión de horas, el río cubrió lo poco que tenían y convirtió sus hogares en lugares inhabitables.
Frente a esta situación, la Fundación Internacional María Luisa de Moreno llegó con ayudas muy completas que incluyeron lo necesario para levantarse nuevamente y atender, las necesidades más urgentes. Camas, provisiones, enseres básicos y elementos para el bienestar fueron entregados con cariño, permitiendo que las familias recuperaran un poco de tranquilidad en medio de la emergencia.
Cuando la naturaleza golpea con fuerza, la unión y la solidaridad se vuelven esenciales. Por eso, la Fundación acompañó a estas familias con apoyos que no solo cubren necesidades inmediatas, sino que también devuelven confianza y esperanza para seguir adelante.