En la Guajira, los voluntarios de la Fundación llegaron a las instalaciones del Centro Etnoeducativo Pulitchamana, donde los niños los esperaban para recibir mercados para ellos y sus familias.
Además de kits escolares, los niños en compañía de sus familias recibieron bolsas con variedad de productos alimenticios de primera necesidad. Esta ayuda, en medio de la crisis que muchos enfrentan a causa de las dificultades que ha generado la pandemia, es un alivio que garantiza la nutrición apropiada de las familias en sus hogares.
Desde el año 2013, cuando se inauguró la construcción de esta moderna y amplia escuela, los estudiantes han disfrutado de los beneficios de pertenecer al programa Mi Nueva Familia. Gracias a este programa de patrocinio educativo, los niños gozan de una educación de calidad, útiles escolares, uniformes, alimentación y jornadas de promoción de salud.